viernes, 9 de noviembre de 2007

De golfo a internacional

Dani Güiza disfruta ahora de una vida feliz. Una felicidad que se ha labrado a base de goles. Consagrado en Primera y a la espera de un hijo, ayer vivió “el sueño de todos los españoles”. El camino, sin embargo, no le ha sido nada fácil.

Criado por una “familia humilde y de chabolas”, como en alguna ocasión reconoció medio en serio medio en broma, fue un chaval de la calle. Los estudios no le interesaron; el balón, sí. Por eso Güiza le debe mucho al fútbol. También a Quique Pina, ex presidente del extinto Ciudad de Murcia.

El Mallorca se fijó en él con apenas 20 años. Procedía de las categorías inferiores del Xerez. En su ciudad natal se había hinchado a marcar goles. Poco después, debutó en Primera contra el Espanyol en Son Moix. Su juventud, sin embargo, le pasó factura. La noche, aquella de la que una vez dijo “que confunde a los futbolistas”, frenó su progresión.

En Mallorca no le fue especialmente bien. Incluso, llegó a reconocer que en más de una ocasión se quedó dormido en las sesiones de vídeo de Luis Aragonés y de Bernd Krauss. Era evidente que aquello no funcionaba.

Fue cedido al Dos Hermanas, de Segunda B. De allí regresó al Mallorca B, desde donde volvió a dar el salto al primer equipo. Pero la cosa seguía sin funcionar. Fue cedido de nuevo. En un año, dos equipos. Primero, al Recreativo, donde se encontró con Lucas Alcaraz, ahora técnico del Murcia. No se podían ni ver. Así que en diciembre se marchó al Barça B. Toda una locura para la estabilidad de un futbolista. Hasta que apareció Quique Pina.

Pina lo rescató del Mallorca –llegó con la carta de libertad– y devolvió al fútbol a un excepcional delantero. “Le dije que era su última oportunidad para triunfar. O lo hacía en el Ciudad, o ya se podía retirar”, cuenta Pina recordando la etapa del jerezano en Murcia.

El ahora manager general del Granada 74, consciente de que corría “un riesgo” al contratar a un futbolista con especial devoción por la noche, lo presentó ante los medios como “el jugador más golfo del fútbol español”. ¿Era para tanto? “Sí, sí. Totalmente. Su vida, por entonces, era eso: un poco golfa, muy desestabilizada”.

Pina fue un como un padre para Güiza. Confió en él y en Murcia encontró la estabilidad que necesitaba. Güiza se convirtió en un estandarte para el Ciudad. Fue el futbolista más importante en la corta historia del club murciano. Jugó dos temporadas magníficas. Sus goles –37 repartidos en los dos años– salvaron al equipo del descenso a Segunda B... y de la ruina. Güiza fue traspasado al Getafe por 1,2 millones de euros –en ese momento, el fichaje más caro en la historia del club madrileño y el único por el que el Ciudad recibió transferencia económica en ocho años de vida–.

Ángel Torres, presidente del Getafe, llegó a describirlo después “como el mejor definidor de la Liga sólo por detrás de Ronaldo”. Schuster, que lo tuvo como jugador, dijo de él que “a veces llegaba a los entrenamientos con una cara que parecía haber dormido debajo de un puente”.

Un par de años después, de nuevo en Mallorca y con Nuria Bermúdez como pareja, viajará con la Selección con la humildad de sus orígenes, con sus “botas, las espinilleras y el Cristo de los gitanos”.

Un misterio sin resolver



Hay algo en el Valencia y en Valencia que huele a misterio. Y no se sabe muy bien qué es. Quique Sánchez Flores fue su última víctima. En su última rueda de prensa como técnico valencianista, se despidió con una frase solemne, que dejó bien claro la angustia continua que vivió durante el último año y medio. Casi un calvario. “A día de hoy, tengo la sensación de que pierdo un cargo pero recupero una vida, que es lo más importante”.

A Quique lo sentenciaron sus aficionados. Descontentos con el juego del equipo, Mestalla fue un clamor durante varios partidos: “¡Quique, vete ya!”, repetían incesantemente. Juan Soler, el presidente del club, atendió la petición. Y Quique ganó una vida. Anteriormente la habían recuperado Cúper, Ranieri y Rafa Benítez. Todos, en mayor o menor medida, disfrutaron de una época de esplendor, y ganaron títulos. Todos acabaron en la calle.

No hay éxito que valga en Valencia. Por muy difícil que parezca, no bastaron los triunfos. Las luchas internas, los conflictos, las discusiones, las quejas, las insatisfacciones están a la orden del día.

El Valencia es un club que vive sometido a una tensión continua. Un club que hace dos temporadas malvendió a un futbolista de la talla de Aimar, que dejó escapar gratis a Ayala y que en los últimos diez años ha contado con tres presidentes distintos. Tanta bronca, tanto ruido, tanta tensión acaba por pasar factura. La falta de estructura es evidente. En la plantilla de este curso conviven jugadores fichados por el anterior director deportivo, Amadeo Carboni, –Hildebrand, Mata o Sunny–, otros por Quique –Arizmendi, Alexis o Helguera– y otros por el actual director deportivo, Miguel Ángel Ruiz –Manuel Fernandes (18 millones, y hasta ahora un fiasco) o Zigic (17 millones, otro fracaso).

Ahora se están pagando los platos rotos. La sociedad es incapaz de sostenerse. Con la llegada de Ronald Koeman nada ha cambiado. Las estrepitosas derrotas ante el Real Madrid (1-5) y el Rosenborg (0-2) dirigieron las críticas hacia el presidente. Son las consecuencias de una sociedad autodestructiva que se empeña en castigarse continuamente.

En los últimos ocho años el Valencia ganó la Liga en dos ocasiones, levantó una Copa, una Copa de la UEFA y jugó dos veces la final de la Liga de Campeones, competición en la que siempre ha dado la talla entre los mejores. La afición del Valencia, sin embargo, lejos de disfrutar de esa etapa de oro, vive peleada con su equipo. No confía en sus entrenadores, por muy distintos que sean o por mucho que triunfen. Suele estar casi siempre descontenta con el juego y los resultados, se gane o se pierda. ¿Qué más quieren? Es un misterio que a día de hoy continúa sin resolverse.

miércoles, 31 de octubre de 2007

El alma del Espanyol

La última vez que el Real Murcia visitó Montjuic fue un día difícil para el Espanyol. Último partido de Liga. Temporada 2003/04. Aquel partido pudo cambiar la historia reciente del equipo catalán. Necesitaban ganar para no descender a Segunda. El Murcia hacía semanas que no se jugaba nada: ya estaba descendido. Durante 70 minutos el Espanyol rozó el infierno. Hasta que apareció el ídolo perico.

Tamudo salvó a su equipo de un destino cruel y de su futuro más inmediato. El descenso hubiese obligado al Espanyol a vender, no sólo al máximo goleador de toda su historia, sino también a su jugador más importante en 107 años de vida.

El chaval que un día no quiso el Barcelona lleva ahora más de 115 tantos en Primera. Sólo Raúl y Morientes, como jugadores en activo, han cantado más goles. Pero Tamudo tiene una ventaja sobre ellos: es el único que en las últimas ocho temporadas ha alcanzado o superado los diez goles.

Con 12 años fichó por el club que ahora sigue defendiendo y queriendo. En un deporte cada vez más mercenario como el fútbol, donde el dinero prima por encima de los sentimientos, pocos futbolistas se han sentido tan identificados con su equipo como Tamudo. En el 2000 el Glasgow Rangers, en busca de una estrella, le hizo la oferta de su vida, y entre lágrimas –literal– se marchó a negociar a Escocia. Finalmente no firmó porque se decía que sufría una lesión de rodilla. Luego, él siguió a lo suyo: haciendo grande al Espanyol. Y desoyendo ofertas: Sunderland, Villarreal, Atlético o el propio Barça (Rossell se lo quiso llevar en 2003).

Después de ser decisivo en las dos finales de Copa del Rey vencidas por el Espanyol (2000 y 2006), el año pasado contribuyó con sus goles europeos a llevar al equipo perico a la final de la Copa de la UEFA frente al Sevilla, que perdieron por penaltis.
Tamudo es un futbolista en vías de extinción. A simple vista parece un jugador frágil. Nada le distingue en especial. No es especialmente rápido, ni fuerte, ni excesivamente habilidoso. Su normalidad y su inteligencia son sus principales señas de identidad. Sus goles salvaron al Espanyol de más de un desastre, como el anotado frente al Murcia, y ayudaron a ganar títulos. Todo ello no le ha servido para que se le considere como uno de los mejores jugadores de la Liga, quizá por la normalidad que siempre ha presentado en su imagen y en su juego.

Toda su carrera ha sido un solitario ejercicio de astucia y precisión. A sus 30 años, el de Santa Coloma es un jugador casi único camino de convertirse en una leyenda para todo el españolismo.

lunes, 8 de octubre de 2007

El infortunio de Cúper

A nadie le extrañaría que Héctor Cúper hubiera nacido en Roma, Nápoles, Turín o Livorno, en cualquier ciudad de Italia. Pero no. Nació en Santa Fe, una ciudad del centro de Argentina, turística y de gente cálida. Y, sin embargo, a Cúper siempre se le ha distinguido una imagen seria, trabajadora, sobria, conservadora. Una imagen que posteriormente refleja en los equipos a los que entrena, que suelen ser un calco de sí mismos. Su sistema siempre se basa en un intenso trabajo, físico y táctico. La prioridad es defender. Arriba hay que ser lo más contundente posibles. Nada de filigranas.

Esa imagen, añadida a su fenomenal trabajo en Lanús, Mallorca y Valencia, le llevaron a entrenar, en 2001, a una de las sociedades futbolísticas más importantes del mundo: el Inter de Milán. Sin embargo, a pesar de su perfil italiano, la suerte siempre le ha dado la espalda en las grandes citas, en los momentos cumbre.

El mal fario de Cúper se remonta ya en su primera temporada como técnico. Hablamos de 1992. Entonces, colgó las botas en Huracán y pasó a ser su entrenador. En el último partido de Liga a Huracán le bastaba un empate para ser campeón. Pero perdió, y la afición se consoló con el segundo puesto. Luego se marcharía a Lanús, donde obtuvo su primer éxito internacional. Ganó la Copa Conmebol en 1996 –torneo equiparable a la UEFA en Europa–.

En Mallorca se fijaron en él y, en su primer año como preparador bermellón, metió al equipo en la final de la Copa del Rey, final que perdió frente al Barcelona. Pero ese subcampeonato le sirvió para disputar la Supercopa de España, que sí levantó, y la Recopa de Europa, en la que también perdió la final frente a la Lazio de Vieri y Nedved.

De ahí, al Valencia. Llegó a dos finales de la Copa de Europa. Primero frente al Madrid y después contra el Bayern. Se imaginan el resultado: ninguna ganó. Desde entonces, es inevitable asociar a Cúper con el infortunio.

Por eso no es de extrañar que Massimo Moratti se lo llevase al Inter, donde las desgracias se cuentan por miles, como la venta de Roberto Carlos al Madrid, o la de Pirlo al Milan al considerar que ninguno tenía mucho futuro.

En el Inter, Cúper se encontró con Ronaldo, con el que no se llevó precisamente bien. El brasileño llegó a declarar, ya en el Real Madrid, que Cúper casi termina con su carrera. “Dejé el Inter por su culpa y se lo dije en la cara. Conmigo estaba actuando de mala fe”, aclaró.

Ahora en el Betis, las cosas le van relativamente bien. Por lo menos ha conseguido estabilizar en los últimos partidos un conjunto que parecía destinado a la deriva, que salvó el descenso en la última jornada de la pasada temporada y que sigue echando de menos épocas pasadas más alegres.

Ayer, Cúper asistió a su habitual presencia con los medios antes de un partido. En un arrebato de sinceridad –en realidad siempre ha sido sincero–, dijo que “la primera premisa del fútbol es tener la portería a cero”. Por eso, y a pesar de su mala suerte, a nadie le extrañaría que Cúper, en vez de argentino, fuese italiano.


Publicado en El Faro el 7 de octubre de 2007.

martes, 11 de septiembre de 2007

Sidonie son la h...



Sidonie tienen algo. Lo sabes sólo con verlos en el escenario. Yo lo descubrí hace ya cuatro años –concierto Sala Gamma, gira Love Fingers Tour (presentación del Shell Kids). Por entonces estaban más preocupados en montar una especie de espectáculo circense que en ofrecer un buen concierto. Pretendían que de alguna manera se hablase de ellos. Para bien o para mal. Como todos los grupos que empiezan, vamos. Pero si además de toda esa parafernalia se unía un sensacional directo, el resultado no podía ser mejor. Era puro 'Rock&Roll Circus'. Una delicia.

Ahora es distinto. Mantienen la misma actitud y la misma pasión. Eso no cambia. Disfrutan de la misma manera. Pero ya no les hace falta ponerse una cámara de gas, bailar entre el público o quedarse medio en pelotas encima del escenario. Ahora mantienen todo su interés en ofrecer un buen recital. En definitivo, ser mejores músicos aunque sin olvidar sus inicios.

Te enganchan. Aunque no te gusten, te enganchan. Y ahora mucho más que hace cuatro años. El motivo es bien simple. Sus dos últimos discos, Fascinado (2005) y Costa Azul (2007), son en castellano. Ellos son catalanes pero Sidonie (2002) y Shell Kids (2003) fueron grabados íntegramente en inglés. Ahora la peña se sabe casi todas las canciones. Eso les ha ayudado enormemente a ganarse a un público algo más 'mainstream', más accesible. Amén de que las canciones son mucho más directas y de estribillos francamente pegadizos. Es imposible resistirse a cantar ese "Meeeeee tieeeenes fa,fa,fa,fa,fascinado...". Por poner un ejemplo.

Pues el pasado viernes un servidor, el Sr. Nadie, Basilio y respectiva nos gozamos un conciertazo suyo. Evidentemente tocaron la mayor parte de las canciones de su último disco -Costa Azul-, como Nuestro baile del viernes, Mi canción del domingo, Dandy del Extrarradio o Giraluna, con la que comenzaron los bises. Pero tampoco se olvidaron de otros clásicos. Bohéme abrió la fiesta, Bla,bla encadiló a todos, Sidonie Goes To Varanasi sirvió para que Jesús deleitase con el sitar (ver última foto), con Feeling Down fue imposible no botar, o Sidonie goes to Moog fue de las más aclamadas con ese 'tatatatata...tatatata...y su psicodelia. Y no puedo olvidarme de On The Sofa, su supremo temazo con el que cerraron una actuación de diez. Como la canción.

Sidonie se han ganado con su música un lugar entre los mejores grupos españoles del momento. Para mí no hay ninguna duda de que no hay nadie como ellos en el territorio nacional. Todos sus discos son absolutamente recomendables (y sensacionales, ya de paso) y sus directos son...sus directos son la hostia. Como ellos.


Fotos: Cazorla.


Os dejo con el videoclip de On The Sofa. No os lo perdáis.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Hasta siempre, Puerta



24 de abril de 2006. 100 años de sevillismo. Sevilla-Schalke 04. Semifinales de la UEFA. Minuto 100 de partido. Jesús Navas, pegado a la banda derecha, centra el balón a la frontal del área. Renato la deja pasar. Puerta ve llegar el balón. Mientras, piensa: "Es la mía. Va para dentro. Si marcamos, a la final". Poco después se fundía en un abrazo con todos sus compañeros. El Sánchez Pizjuán le vitoreba. ¡¡¡Pueeeeerta, Pueeeeeeerta, Pueeeeeeeerta!!! Los periodistas radiofónicos recuperaban el aliento después de cantar un gol histórico para el Sevilla. Se habían metido en la final de la UEFA.

"Quillo, no quiero pasar a la historia por el gol del Schalke. Tengo sólo 21 años y me queda mucho por hacer", comentaba un humilde Puerta al día siguiente . Y no se equivocaba. Poco después ganarían esa UEFA. Y después, la Supercopa de Europa al Barça. Luego caería otra UEFA. Y una Copa del Rey. Y una Supercopa de España. Y él, indiscutible desde la banda izquierda. Como lateral o como centrocampista. Porque le daba igual. Deboraba rivales con la misma facilidad. Era un portento.


Con 22 años, se encontraba cerca del apogeo de su carrera. Fuerte, rápido, ágil, versátil. Era un atleta con una "zurda de diamante". Era el sueño de cualquier entrenador. Ejemplar sobre el césped y fuera de él. Un ejemplo para futuras generaciones. Como lo hubiese sido para su hijo, Aitor, al que ya nunca podrá conocer y que nacerá en octubre. Es el gran drama de toda esta historia. Puerta era un joven lleno de vida y proyectos. Aitor era el último. Y la vida le ha arrebatado el placer de conocerlo y que el chico, como todos los aficionados al fútbol, disfruten con el juego de Puerta por la banda izquierda en cualquier estadio de fútbol.

Seguro que Puerta murió como todo sevillista hubiese deseado. En el Sánchez Pizjuán, defendiendo la camiseta de su Sevilla, del club de toda su vida, de su alma, dejándose la vida por su afición, luchando por tres puntos más. Murió de blanco. Lo único que eligió mal fue el momento. No era su momento. Todavía no.

Porque la muerte de Puerta nos recuerda que detrás de cada futbolista hay una persona. Como dice hoy Santiago Segurola en MARCA, "un gran jugador, un gran deportista, es un hombre que vive entre grandes riesgos. Está sometido a la máxima tensión y su cuerpo sufre ataques que no soportaría el hombre de la calle".

Difícilmente olvidaré su imagen después del primer desmayo. Sentado sobre el césped, con los brazos sobre las piernas, con una cara entre la incredulidad y la indignación, ladeando la cabeza, diciendo entre labios 'me cago en la puta'. Y luego su forma de abandonar el campo. Acompañado de los médicos, por la banda izquierda, por su banda, con la afición coreando su nombre otra vez, por última vez, -'¡¡Pueeeeeerta, Pueeeeeerta!!- camino del último lugar que vería: el vestuario del Sevilla. El lugar donde se forjaron todos sus sueños. En casa. Y como un mito del sevillismo.



Descansa en paz, Antonio.

jueves, 19 de julio de 2007

El fichaje bomba del verano

No marca goles ni los da. Tampoco es un defensa sobresaliente. Ni siquiera un centrocampista jugón. Principalmente porque no es futbolista. Pero se puede comparar con Henry, Ayala, Saviola o cualquier fichaje mediático de este verano. Porque también ofrece espectáculo. De hecho, si se le compara con alguien, habría que mencionar a los grandes. Maradona o Zidane, por ejemplo. Santiago Segurola es el mejor periodista deportivo de este país, y probablemente uno de los mejores de la historia. MARCA lo acaba de fichar.


¿Se imaginan a Ronaldinho o Messi fichando por el Real Madrid? Pues algo parecido ha ocurrido con lo de Santi... Dicen que su salida ha removido los cimientos de PRISA. Y no me extraña. El País pierde a todo un referente. Pero también la SER. Desde hace un año, Santiago Segurola, sufridor del Athletic de Bilbao, amante de la (buena) música -la que por aquí gusta- y apasionado del baloncesto o el atletismo, dirigía la sección de Cultura del periódico de Polanco. En los siete años anteriores se le pudo leer y disfrutar como Redactor Jefe de Deportes. Aunque muchos quizás le conozcan más a través de sus apariciones en El Larguero, programa del que ha sido colaborador habitual. Ahora habrá que poner Radio MARCA para escucharle.

Segurola llega a MARCA para ayudar al diario a recuperar su identidad perdida en estos últimos años. El que sigue siendo el periódico no gratuito más leído de este país, no deja de perder lectores EGM tras EGM. Una realidad que se ha dejado ver con el cambio de dirección y con el fichaje de Santi.

Particularmente, la noticia me alegra sobremanera. Estamos hablando del periódico con el que más me identifico, el que he hojeado desde que tengo uso de razón y en el que, en un futuro, me encantaría trabajar. Y nos referimos a un periodista que, con cada texto, dignifica un trabajo tan poco valorado como este a base de palabras. Un periodista espectacular.
Os dejo con el que (creo) que fue su último texto en los Deportes de El País. La crónica de la final del Mundial de Alemania: Italia-Francia. Impresionante.

El triunfo de la nada

Italia, campeón gracias a la rueda de penaltis, tras una final dominada por Francia que perdió a Zidane por expulsión

Italia ganó en la rueda de penaltis y Cannavaro levantó la Copa del Mundo. Quedará grabado en el historial del torneo. Se celebrará con entusiasmo en las calles de las ciudades italianas. Con toda seguridad se hablará de los héroes de Berlín y los oportunistas se apuntarán al resultado. Pero que nadie hable de fútbol. Italia no existió. Fue un equipo pequeñito, destinado al olvido. Se refugió en las cuerdas durante una hora. Admitió su enorme inferioridad ante la poderosa Francia que emergió en el segundo tiempo, dirigida por el mejor Zidane de los últimos años. Por el gran Zidane, en suma. Pero en su último partido, el astro francés no salió de Berlín como un héroe. Sus incuestionables méritos fueron destruidos por su agresión a Materazzi en los últimos instantes del encuentro. Al futbolista que nunca pierde el control del juego le traicionó su descontrolada reacción, un flagrante cabezazo al pecho del central italiano, lo último que se recordará de Zidane en un campo de juego. Una pena.

Las prioridades de italianos y franceses suelen relacionarse con el cumplimiento de las obligaciones defensivas, con la atención al dibujo, con el aprovechamiento de los detalles, con la presión, con todo lo que remita al esfuerzo. Por razones desconocidas, Francia prefiere privilegiar ese modelo al brillante juego que desplegó en el segundo tiempo y en la prórroga. Italia es más que nada el fútbol de Gattuso, al que no conviene parodiar. Su figura cada vez es más importante. El Mundial ha privilegiado el gatusismo como eje del fútbol. No es culpa de este centrocampista laborioso, inteligente fuera del campo, abnegado y solidario dentro. Gattuso es esencial porque los entrenadores no pueden vivir sin jugadores como él. Mueren por los gatussos. Lo excepcional es el Barça y su escuela. Lo normal es Italia. Lo normal es la Francia del primer tiempo. Lejos de proponer una vía que coloque a Henry o Zidane en las condiciones favorables para aprovechar sus grandes condiciones, se les obliga a la proeza. Es una pena, porque Francia mejora mucho cuando su juego se establece alrededor de Zidane y Henry, cuando el equipo olvida su fatigoso estilo para alcanzar un vuelo que rara vez se permite.

La magnífica Francia del segundo tiempo no tuvo la misma respuesta en Italia. Todo lo contrario. Agradeció el generoso despliegue francés para instalarse en lo más profundo de su cultura defensiva. Italia se siente cómoda en ese papel de resistente que tanto desgasta a sus adversarios. El ataque desordena, y especialmente el ataque frecuente. Italia especula perfectamente con esa vieja ley del fútbol. Es la razón por la que suele vencer en los últimos minutos, cuando al equipo que ataca le invade la fatiga, el desorden y el punto de desesperación que caracteriza a los generosos. Los especuladores no se impacientan jamás. Cuando Francia se salió de sus rígidos márgenes para jugar con clase y velocidad, no hubo color. Sin embargo, siempre planeó la figura del contragolpe ganador. O sea, de la vieja Italia: un partido para aburrir y un minuto para ganar.

El encuentro se escapó a lo previsto por los méritos de Francia. No ocurrió cuando se encontró con su temprano gol. Zidane convirtió el lanzamiento de penalti en una obra maestra, por lo que hizo y a quién se lo hizo. Buffon es un porterazo. Intimida. Pero Zidane lo engañó con elegancia, sangre fría y una dosis de incertidumbre. La pelota golpeó la base del larguero, botó dentro de la portería y regresó al campo. El linier tuvo buen ojo. Era gol. Lo malo de ese gol es que sacó la cautelosa alma de un equipo que puede jugar muy bien. No es una sospecha. En el segundo tiempo arrolló a Italia con un fútbol de altísimo registro. Italia jugó a una cosa muy curiosa: a buscar el córner. Prefería llevar la pelota a una esquina y esperar la acostumbrada torpeza de Abidal. El lateral izquierdo francés ha estado superado por el torneo desde el primer encuentro. Concedió tres saques de esquina que estuvieron a punto de destruir a su equipo. Cada córner fue un drama para los franceses. Materazzi marcó el tanto del empate en un cabezazo. Toni estrelló otro contra el larguero. Los italianos vieron una mina y no se dedicaron a otra cosa. El típico peñazo que sólo justifican los ventajistas lectores de resultados.

Italia comenzó el partido con la habitual producción de Materazzi. Lanzó cuatro pelotazos desde su campo en los diez primeros minutos. Todos sin destino. Pero el pelotazo es todo lo contrario de la elaboración. No desordena. El entramado defensivo sigue en su sitio. Si todos los equipos hicieran lo mismo que Italia, el fútbol sería un pésimo partido de tenis entre dos materazzis. El hombre abandonó la catapulta porque Italia perdía y necesitaba algo más que pelotazos groseros. Encontró la solución en Abidal y su absurdo interés en conceder saques de esquina. Empató Materazzi, que para cabecear es alguien, y el partido derivó a una rutina donde Zidane sufría y Henry tenía que obrar un prodigio en cada incursión. Enfrente, Cannavaro volvió a confirmarse como el mejor defensa del Mundial junto a Thuram. Zambrotta tampoco ha estado lejos de la perfección. Y Buffon no cometió un fallo. En eso, Italia también fue muy italiana. El resto quedó reservado para un estupendo Gattuso. Pero un estupendo Gattuso significa lo que significa.

Resultó emocionante la majestuosa actuación de Zidane. Resultó detestable su vergonzosa agresión a Materazzi en los últimos instantes del partido. El viejo maestro fue víctima de los descontrolados accesos de ira que han caracterizado su carrera. La admiración que ha producido como jugador se ha visto manchada demasiadas veces por sus reacciones intempestivas. Hasta su infame cabezazo al central italiano, Zidane había sido el héroe del encuentro. Parecía en la cima de su carrera, y no en la noche de su despedida. Comenzó a tirar pases aquí y allá, todos los que su equipo necesitaba. Unos de descarga, otros de medio rango, algunos profundos, todos inteligentes. Un reloj con botas. Por delante, Henry amenazó en varias acciones al insuperable Cannavaro, que necesitó de todos sus recursos para sostener a la defensa italiana. Del ataque no hubo noticias. Ni de sus centrocampistas. Ni tan siquiera brilló Gattuso. Cuando Zidane decidió ser Zidane, Gattusso desapareció del mapa. A Italia, que estuvo varias veces al borde del gol de la derrota —Buffon hizo un milagro para desviar un cabezazo de Zidane, Ribéry no logró colocar la pelota en el rincón en un mano a mano con el portero—, sólo le sirvió la versión defensiva. Toda esa historia de los delanteros que entran para ganar el partido es un cuento. Entró toda la caballería de los Del Piero, Iaquinta y compañía pero no sirvió de nada. Italia no vio la pelota ni en el segundo tiempo, ni en la prórroga. Fue un gran monólogo de Francia.

domingo, 24 de junio de 2007

El primer fichaje de Lucas

El Murcia ya tiene su Beckham

De Lucas, diplomado en Dietética y Nutrición, es el primer refuerzo grana. Llega procedente del Alavés y se toma su vuelta a Primera como una "reválida personal"

Quique de Lucas no coincidió con Roman Abramovich en el Chelsea aunque le faltó poco. En junio de 2003, el multimillonario ruso adquirió el club londinense -entonces un equipo de buenos futbolistas pero mediocre en resultados (nunca ganó nada)- y dispuso de toda su fortuna para crear un potente equipo -ya ha ganado dos Ligas, otras tantas Copas, y cada año aspira a todo-.

De Lucas abandonó ese mismo verano Londres. Allí sólo jugó un año (temporada 2002-03). Actuó en 17 encuentros, apenas destacó pero le dio tiempo a madurar y crecer como futbolista. Era lo que necesitaba con 24 años después de haber completado su mejor campaña en el Espanyol disputando 33 partidos y marcando ocho goles.

Después, fichó por el Alavés, en Segunda División. Ascendió a Primera en su segunda campaña, bajaron de inmediato y este año, con uno de los presupuestos más altos de la categoría y con una de las mejores plantillas (Lucas Alcaraz llegó a decir que "la mejor"), han sufrido para no descender a Segunda B.

Uno de los pocos que se ha salvado entre la mediocridad vitoriana y que, de hecho, ha sido su futbolista más destacado y regular durante todo el campeonato es ahora el primer refuerzo del Real Murcia en su vuelta a Primera.

De Lucas llega con el aval de Lucas (Alcaraz). El suyo podría calificarse de fichaje necesario. Tiene calidad, regate, es rápido y dispone de un potente disparo, su mejor cualidad. Probablemente no sea titular indiscutible, pero es un jugador de plantilla, como le gustan a Alcaraz. Además, se puede adaptar perfectamente a cualquiera de las dos bandas (mejor a la derecha, que es su pierna buena). Y, lo más importante, aterriza en Murcia en su mejor momento. Aunque él lo pone en duda. "Mis mejores años están por llegar", afirmó el dia de su presentación como nuevo jugador grana.


Mis mejores años están por llegar"


"Esta aventura es una reválida personal para demostrar mi potencial. Tengo las ganas de un debutante y ya tenía ganas de pensar sólo en el fútbol después de dos años muy poco satisfactorios", añadió.

De Lucas no solo es conocido por su juego. También lo es por su físico. Su imagen le ha permitido trabajar como modelo ocasional y despertar algo más que simpatía entre el sector femenino. Quizá no sea un jugador muy convencional, pues de hecho es diplomado en Dietética y Nutrición. Le han faltado mejores condiciones para convertirse en un icono publicitario como Beckham, Totti o Kaká.

Yo me conformo con que marque seis o siete goles y ofrezca un buen rendimiento.


Historial:
Español B (1996 - 1998)
RCD Español (1997 - 2001)
Paris Saint Germain (2001)
RCD Español (2001 - 2002)
Chelsea (2002 - 2003)
Deportivo Alavés (2003 - 2007)
Real Murcia (2007 -)

Títulos
1 Copa del Rey (RCD Español 99-00)

Lugar de nacimiento: Hospitalet (Barcelona)
Fecha de nacimiento: 17/08/1978


PD: Me gusta su fichaje.

sábado, 9 de junio de 2007

40 años del cambio

En 1967 la juventud estaba más interesada en la guerra de Vietnam que en divertidas fiestas bajo el sol de la playa. La efervescencia del público en los conciertos, por ejemplo, había disminuido notablemente. En medio de una atmósfera bañada de LSD, paz, y amor, la gente pedía cambio, en buena parte porque intuían que ese cambio no tardaría mucho en llegar.

Uno de los primeros grupos en dar el primero paso fueron The Beach Boys. De hecho, a Brian Wilson, su cantante y líder espiritual, siempre se le consideró un visionario. Aunque The Beach Boys no eran sólo Brian Wilson. Eran mucho más. Su sonido quedó perfectamente definido en su gran obra maestra: Pet Sounds. Paul McCartney, un tipo que siempre tuvo buen oído, dijo que era "mejor disco vocal jamás grabado, una obra maestra, en realidad". Pet Sounds supuso toda una revolución. En cierto modo, el cambio había llegado.

Celoso por la maravilla sonora que habían creado The Beach Boys, Paul pensó que The Beatles podían hacer algo similar. Poco después, Lennon, Ringo, George y el propio Paul estaban metidos de lleno en el estudio 2 Abbey Road entre amplificadores, guitarras, órganos Hammond, pianos eléctricos, baterías, e instrumentos semidesconocidos como el mellotron o el sitar hindú, por citar algunos. El resultado, unido a la creatividad e imaginación de los Fab Four, fue el mejor disco conocido hasta el momento. El disco más influyente en la historia de la música. El disco que lo cambió todo definitivamente.

Con cierta arrogancia -justificada, como casi siempre lo es la arrogancia-, George Harrison afirmó una vez que los Beatles tenían "25 años" cuando cambiaron "el mundo". Y era cierto. Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band fue publicado el 1 de junio de 1967. Habían pasado cuarenta y ocho meses de su primer disco, Please Please Me (1963), grabado en un solo día por el éxito de sus anteriores singles. Sgt. Peppers fue bien distinto en ese sentido. El grupo tardó 129 días y 700 horas de trabajo en grabar los 39 minutos y 43 segundos del primer disco de la historia concebido como una obra de arte unitaria. El cambio se comprende de manera más diáfana.

El impacto del disco fue inaudito. En Estados Unidos sonó durante varios días seguidos en la radio. Los ingleses simplemente no daban crédito a semejante novedad. "Tuvimos que escucharlo varios veces para asimilarlo", señalaron varios especialistas. El crítico del Times fue más lejos y declaró que estaban ante "un momento decisivo en la historia de la civilización occidental". El paso del tiempo le dio la razón.

El cambio llegó también en lo estético. La portada, la más imitada de todos los tiempos -junto a la también 'beatlesca' Abbey Road-, es todo un icono. Obra del artista Peter Blake es todo un símbolo del diseño 'pop art'. Otra de las novedades que incluyó Sgt. Peppers fue la presencia de las letras impresas en la parte trasera del disco, sin olvidarnos tampoco de la imagen de los Beatles: con un bigote desconocido hasta entonces y vestidos del Sargento Pimienta.

El disco sigue sonando ahora con la misma frescura que en 1967, sigue recibiendo las mismas alabanzas que por entonces y continúa siendo una fuente inmejorable para numerosos grupos. Es la mejor muestra que la belleza y el sonido se pueden fundir a la perfección en un mismo espacio.

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Ahora, cuarenta años después de su publicación, los ingleses, siempre muy dados a los homenajes, han decidido celebrarlo editando una nueva versión grabada por estrellas del rock británico, como Travis, Kaiser Chiefs, Razorlight, Stereophonics, Oasis o el mismo Bryan Adams.
De momento, se han grabado los siguientes temas (podéis ver la grabación de todos si pincháis en los links):

Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band - Bryan Adams

With A Little Help From My Friends - Razorlight

Fixing A Hole - The Fray

Getting Better - Kaiser Chiefs

She's Leaving Home - The Magic Numbers

Bryan Adams, con su inconfundible voz, le da un toque muy personal a la canción que abre el disco. Al cantante de Razorlight le queda un poco grande 'With A Little Help From My Friends', aunque hay que reconocer que hacen una bonita versión. Kaiser Chiefs cumplen con 'Getting Better'. La grabación de 'Fixing A Hole', de The Fray (grupo al que no conocía hasta ahora), me parece la más floja con diferencia. Y 'She's Leaving Home' la consideraría maravillosa sino es porque no puedo con la afeminada voz del mórbido cantante de The Magic Numbers (pero la clavan, eso es innegable).

Y, sin duda, las mejores versiones son las de Travis y Stereophonics. Quizá porque, de esta hornada, sean los grupos que más me gustan con diferencia. Puede ser. Pero 'Lovely Rita' me ha parecido una auténtica delicia en manos de Travis. Se sale. Al igual que escuchar a Kelly 'Rubo' Jones (ahora veréis que el parecido es muy razonable, jeje) con su portentoso chorro de voz cantando y gozando 'Sgt. Pepper's [Reprise]'.


Lovely Rita - Travis

Sgt. Pepper's [Reprise] - Stereophonics




PD: Habrá post continuación del tema, por supuesto. A ver qué hacen el resto de grupos...y Oasis!

jueves, 24 de mayo de 2007

A sangre fría

Carlo Ancelotti tenía una duda en los días pervios al partido. Sólo una. Gilardino o Inzaghi. El resto de hombres que jugarían la final contra el Liverpool estaban claros. Faltaba el delantero. Alberto o Filippo.

Ancelotti, que era un jugador inteligente en el centro del campo del Milan de principios de los 90, también lo es como entrenador. Berlusconi, que no sólo es su presidente y su jefe, sino que además es Berlusconi, apostó públicamente por Gilardino. Pero Ancelotti hizo oídos sordos. Dida, Oddo, Nesta, Maldini, (...), Kaká e Inzaghi. E Inzaghi le dio la razón y, ya de paso, una Copa de Europa. La séptima del Milan.

Sus dos tantos sirvieron para destrozar al Liverpool. Fueron un perfecto resumen de su carrera, de su juego y de sus goles. El primero no supimos que fue suyo hasta que, después de entrar el balón en la portería de Reina, salió disparado como un poseso agitando los brazos mientras gritaba 'GOOOOL' y buscaba la complicidad con sus hinchas en la grada. Es algo que siempre ha hecho. Gesto por el que será recordado siempre. En el segundo la complicidad la encontró con Kaká. Le pidió el pase entre líneas con un simple pasito y con un mirada. Kaká le vio y el 'Pippo' marcó. Y otra vez a correr...con sus aficionados.


Inzaghi es como un llanero solitario. Un delantero solitario. Ayer volvió a jugar solo. Unos metros por atrás tenía a Kaká. A veces demasiado lejos. Pero no le importó. Lleva toda su vida jugando así. Por eso siempre está a mitad de camino entre el fuera de juego y el mano a mano con el portero. Le da igual el tiempo que tenga que esperar un pase. Cuando tiene cerca el balón, suele correr como un desesperado. Ayer, cuando todavía no había marcado el segundo gol, recibió un balón a mitad de campo. Lo llevó hasta el banderín de córner. Hasta tres jugadores del Liverpool le presionaban. Ni rastro de ningún compañero suyo, ni siquiera en la televisión. Y acabó sacando un córner.

Pero con Inzaghi no hay término medio. Como dice Valdano, "o desbarata la jugada de todo su equipo por estar en posición adelantada (por lo que dan ganas de correr para matarlo), o mete un gol (por lo que dan ganas de correr a abrazarlo) y le da sentido al partido entero". O a una 'Champions'.

Es el delantero más egoísta que he visto en mi vida. Tanto que sería capaz de negarle el balón hasta su propia madre si tuviera oportunidad de marcar. No es un gran jugador. No es rápido. No tiene calidad. Necesita tres toques para controlar un balón. No regatea ni a una silla. Es impreciso en el pase. Es, a veces, hasta desquiciante por caer tanto en el fuera de juego. Pero cuenta con un don, algo que muy pocos tienen, un sentido de la oportunidad innato.

Si Drogba te gana por fuerza, Eto'o por velocidad, Ronaldinho por calidad y Rooney por un poco de todo (por poner unos ejemplos), Inzaghi te gana con un movimiento, con un gesto, con un gol cuando menos te lo esperas. Y a sangre fría.

Hay gente que lo compara con Raúl. Y la comparación puede ser adecuada. Los dos tienen ese don del que hablaba antes. Raúl vivió sus mejores días dentro del área. Inzaghi ha estado ahí siempre. Nunca ha salido de ella. Ha pasado por siete equipos distintos y en todos ellos ha hecho goles. Tendrá casi una media de un gol cada dos partidos. Y eso es un mérito incuestionable.

Pero hay algo que les diferencia. Lo explicó muy bien mi ex compañero achopijo en un comentario posterior al partido. Si Inzaghi tiene un puñal, lo usa; Raúl lo mira. Es la diferencia entre ellos. Entre Inzaghi y el resto. Entre el campeón de Europa y el resto. Entre los campeones del Mundo y el resto. Entre unos profesionales de la victoria y el resto.

lunes, 21 de mayo de 2007

El eterno '3'

Otro de los jugadores que siempre he admirado, como Redondo. Otro de mis mitos futbolísticos es Paolo Maldini (26 de junio de 1968, Milán). Siempre lo fue. Lo prefiero antes que a Roberto Carlos, que quizá fue (y lo sigue siendo) más espectacular, pero en ataque. Maldini es simplemente incomparable. Único.

El miércoles jugará su octava final de la Copa de Europa. Ya ha ganado cuatro (1989, 1990, 1994 y 2003). Y siempre con el Milan, con 'su' Milan, el mismo que vio también triunfar a su padre, Cesare, en la década de los 60.

22 años de carrera deportiva y en la elite le han servido para ganarse la admiración de todos. Compañeros, entrenadores, aficionados, pero también de sus rivales. "Soy el presidente de los damnificados de Maldini. La gente se cree que me hace daño recordarlo, pero no, todavía estoy buscando a alguien que lo haya superado. No conozco a nadie", dice Michel, al que se efrentó en varios partidos durante los 90, tanto con España como con el Madrid. "Sólo Maradona le ha creado problemas", argumenta Franco Baresi. Otros como Figo, Ronaldo o Zidane afirman simplemente que es imposible regatearle.

Sólo una tendinitis en la rodilla le ha hecho meditar su retirada. Pero nada de eso. Acaba de renovar con el Milan por otra temporada y los que le admiramos podremos seguir disfrutando de su fútbol un poco más.

Porque algo tendrá cuando a sus 39 años se conserva como si tuviese 25. E intuyo que debe ser su enorme profesionalidad, su descomunal físico ("siempre me ha gustado cuidarme", dice él), su amor a unos colores -los rossoneros- y su indiscutible calidad. "Es un portento. Verlo correr da una envidia... En la pretemporada era ponerse primero y verlo tirar, y tirar y tirar...", cuenta Ayala, con el que coincidió en el Milan durante dos temporadas.

Nadie ha defendido tan bien como él. Nadie ha sido tan regular. ¿Le recordais algún partido malo? ¿o simplemente algún fallo? Yo desde luego que no. Siempre que veía un partido del Milan o de Italia era el jugador en el que más me fijaba. Quizá también porque en el poco tiempo que jugué -entre los 13 y los 18 años- ocupaba su misma posición, la de lateral. Me
resultaba tan sorprendente su juego como su forma de estar sobre el césped. Siempre tranquilo. Siempre atento. Siempre infranqueable. Como insiste Míchel, "daba la sensación de que ya había vivido el partido que estaba jugando". Y es verdad. Su talento y capacidad le permitía conocer a la perfección todos los movimientos defensivos: cuando había que presionar, cuando achicar, cuando hacer el fuera de juego, cuando atacar...

Muy poca gente sabrá que, a pesar de haber jugado siempre como lateral o central zurdo, nació diestro. Es diestro. Pero aprendió a jugar con la izquierda con la misma naturalidad que el mismísimo Maradona. El mismo que dijo que Maldini se equivocó de profesión. "Debió ser actor. Es demasiado lindo para jugar a la pelota", ironizó.

Siento estar en desacuerdo, Pelusa...




PD: Este es mi pequeño homenaje a uno de los mejores futbolistas de toda la historia, a uno de mis ídolos y a esa final de Champions del miércoles, de la intentaré hablar más.
- Declaraciones sacadas de El País.
- Más datos sobre Maldini aquí.
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Mi mejor once es (de momento):

---------------Xxx (1)

Xxx (2) -- Xxx (6) -- Xxx (5) -- Maldini (3)

----------Xxx (4)---Pirlo (10)

-----------------Xxx (8)

C. Ronaldo (7) --- Xxx (9) --- Xxx (11)

lunes, 14 de mayo de 2007

Grande entre los grandes

El Real Murcia consumó su undécimo ascenso a Primera en Ponferrada tras firmar una temporada histórica

Por Rubén Muñoz

Hacía falta un empate. Un punto. Nada más. Con eso, a Primera. A la gloria. A la elite. Con los grandes. Y así fue. El conjunto grana consumó su ascenso con una igualada contra la Ponferradina, con un 1-1 que devuelve al equipo de Lucas Alcaraz a la categoría que le corresponde después de una temporada pletórica, y a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato. Poco más se puede pedir a un equipo que ha devuelto la ilusión del fútbol a una afición de Primera.

Ponferrada presenció el undécimo ascenso del Real Murcia a la categoría de oro del fútbol profesional. En un estadio, El Toralín, con apenas 8.000 butacas, pero donde se congregaron cerca de mil seguidores pimentoneros, ansiosos de ver ‘in situ’ un momento histórico, otra página de oro para el murcianismo. Y lo compartieron con todos los jugadores cuando Alexis Pérez Pérez pitó el final del partido. Con Richi, Pignol, Aranda, Antoñito, Ochoa, Cuadrado, Abel, Peña, Pablo Ruiz, Noel Williams... con todos.

Pero de manera muy especial con dos futbolistas. Uno, Iván Alonso, uno de los grandes artífices del éxito, no sólo por el gol de ayer sino por su excepcional temporada. El otro fue José Luis Acciari, el ‘Loco’, el jugador más querido por la afición. Él fue el héroe en el anterior ascenso –con aquel gol frente al Levante (1/06/03)–, y que, sin embargo, le ha tocado pasar una temporada sumido en el ostracismo por una lesión de la que se recuperó tan sólo hace unos meses. Ayer entró al césped de El Toralín en el minuto 93 y disfrutó de sus únicos momentos con la camiseta grana en esta temporada. Pero le fueron suficientes para después, a la conclusión del encuentro, derramar unas lágrimas a hombros de la afición desplazada. Hace tres años también fue sacado de La Condomina de la misma manera, aunque con una sonrisa plena en el rostro. Las lágrimas de ayer significaban mucho más. Eran lágrimas sentidas, de mucha alegría y de color grana. Como las de Ochoa, de los pocos jugadores que ya en el vestuario tampoco pudo reprimir unos sollozos, poco antes de cantar junto a toda la plantilla el recurrido ‘A Primera, oé, a Primera, oé, a Primera, oé, a Primera, oé, oé!’.

Otro de los grandes protagonistas durante toda la temporada ha sido Lucas Alcaraz. Probablemente el que más. Y probablemente la persona a la que menos se le reconozca su trabajo. Quizá porque incluso ayer, a pesar del triunfo logrado, quiso volver a pasar desapercibido. Como ha hecho todo el año. Con su perfil bajo, sin subirse al carro del éxito. Apenas se le vio en la celebración con los jugadores porque prefirió darle todo el protagonismo a ellos. Eso le engrandece todavía más. Como a este Murcia, grande entre los grandes.

lunes, 30 de abril de 2007

Vuelve Materazzi, vuelve el Inter

"Cuando el Inter consiguió su última Liga, todavía no se había derrumbado el muro de Berlín, Sadam Husein no había invadido Kuwait, la República Checa y Eslovaquia eran un único estado y el euro estaba en estudio. Corría 1989 (...)" (Eleonora Giovio, El País, 'El Inter, 18 años después'. 23/04/2007 )

Tan odiado y tan amado a la vez. Siempre en el ojo del huracán. No deja indiferente a nadie. O si no, que se lo pregunten a Zidane, que le asestó el cabezazo más famoso de la historia reciente, en toda una final de un Mundial de fútbol, provocando un adiós que el bueno de 'Zizou' seguro que no deseaba, ni mucho menos esperaba. Porque con Marco Materazzi no hay término medio. O lo amas o lo odias.

En un Inter plagado de estrellas, en un Inter galáctico, donde además tan sólo habitan tres futbolistas italianos, Matrix -como así se le conoce en el Calcio por sus espectaculares entradas- es el auténtico líder del flamante campeón italiano.

El equipo de Roberto Mancini ganó el Scudetto hace ya una semana, faltando cinco jornadas para la conclusión del campeonato. Récord en la historia del Calcio. Récord también de puntos: 84, más lo que vendrán después. Fue en Siena. En el Artemio Franchi. Y con dos goles de Materazzi. Primero marcó tras un córner a los 18 minutos, imponiendo su poderío físico por encima de los siete jugadores del Siena que defendían en su área, y luego, cuando el marcador estaba 1-1, no le tembló el pulso al anotar un decisivo penalti a los 63, incluso después de tener que repetirlo.

Fue sólo la confirmación de un título para un equipo simplemente imparable. Meteórico. Fue el regreso del Inter, 18 años después. Y el de Marco Materazzi.


"Nunca hubo una plantilla tan fuerte. Miden casi todos 1,90 metros", dice Giusseppe Bergomi, mítico capitán neroazzuro en los 90.

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No os perdáis tampoco el magnífico artículo de Enric González, publicado también el día después de la consecución del Scudetto por el Inter en El País, que comienza así:

Fin de siglo

Hay quien dice que, en términos históricos, el siglo XX concluyó el 9 de noviembre de 1989 con la caída del muro de Berlín y el fin de la utopía comunista. También se puede pensar que el siglo XXI comenzó el 11 de septiembre de 2001 con el primer ataque terrorista a gran escala. En esos mismos términos, quizá el siglo XX del calcio concluyó ayer, 22 de abril de 2007, con el 15º scudetto del Inter.

La historia contemporánea tenía una deuda pendiente con La Bienamada, la segunda institución futbolística más popular de Italia, por detrás del Juventus y por delante del Milan. No se podía cerrar el siglo de los horrores sin asistir a un irrepetible doble portento: el Inter campeón y la Juve, su gran rival, en Segunda. Nunca más veremos algo así. (...)

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Siena 1 -2 Inter (Jornada 34 del Calcio)


martes, 24 de abril de 2007

Entrevista a Bacaro, jugador de ElPozo Murcia

"No me importa que me comparen con Beckham"

Afirma que no le gusta que le conozcan por ser jugador de ElPozo y sí por su personalidad. Sacrificaría “muchas cosas” por ganar la Copa de Europa, hasta su preciado cabello. ¿Por qué? “Estamos ante una oportunidad única”, dice el pívot italo-brasileño

(Entrevista publicada en ElFaro el 25-04-07, previa a la semifinal de la UEFA Futsal Cup entre ElPozo de Murcia y Boomerang Interviú)

12:00 horas. Interiores del Palacio de los Deportes. ElPozo acaba de suspender su entrenamiento por el mal estado de la pista. Los jugadores van saliendo de la ducha. Aparecen Kike, Fran Serrejón, Mauricio, Juanjo... Todos. Llega Álvaro y le pregunto por Bacaro (Sao Paulo, 20-08-1978). “Sí, está dentro. Ya sale. Se está echando ‘cremita’” (risas). Segundos después aparece el jugador de ElPozo que perfectamente podría pasar por una estrella del rock o por el mismísimo David Beckham, si no es por su inconfundible moreno.

Aunque para el pívot brasileño la imagen no lo es todo en su vida. “Es importante hasta cierto punto”, concreta. “Siempre me ha gustado cuidarme y entrenar”. Pero por encima de la imagen estétitca tiene otra preocupación. La imagen humana. “No me gusta realmente que me vean como un futbolista, como Bacaro, de ElPozo, no. Porque soy una persona e independientemente tengo mi vida. Vivo más horas fuera que dentro de ElPozo”, nos confiesa.

De hecho, se considera una persona “honesta y sincera”. Sus padres le inculcaron que “debía hacer siempre” lo que realmente le gustaba. “Y esa misma educación es la que intentaré transmitir a mis hijos”.

-En la cancha también da esa impresión. Nunca suelta la pierna ni se le ha visto dar un codazo.

-No, no me gusta. Soy un jugador duro porque utilizo mucho mi físico. Pero no me gustan las peleas, nunca me han gustado.

-¿Se considera el Beckham del fútbol sala?

-(Reflexiona)...Hubo un momento, después del Europeo en Italia, que hicieron una especie de comparación. Yo llevaba un pendiente, el pelo largo y cosas así. Me cuidaba mucho. Y no es una cosa que no me guste. Yo creo que las comparaciones en la vida no se pueden hacer, pero como es una comparación...digamos un poco de broma...no me importa nada que me comparen con él. Para mí, sinceramente, Beckham puede que no sea el mejor jugador del mundo, pero se preocupa de otras cosas, que creo también son importantes. Y ya digo, cuantas más cosas seas capaz de hacer, mejor se hablará de ti.

-Esa imagen normalmente suele perjudicar más que ayudar. Por ejemplo, hay gente que no traga a Fernando Torres por el simple hecho de cambiar de peinado cada mes. ¿A usted también le pasa?

-Hoy en día no. Creo que no me perjudica nada. En cierto punto llega a ayudarme. Pero antes, cuando era más pequeño, sí me perjudicaba porque la gente tenía un prejuicio con eso, con la imagen. Decían: ‘A éste no le hace falta jugar porque tiene una familia buena o va peinado así...’. Es la diferencia cuando eres adolescente. Hay que saber respetar a los demás.

-Usted, sin embargo, siempre ha mantenido el mismo ‘look’. ¿Nunca ha pensado en raparse?

-Ya lo hice. Seguí la moda en su día. Pero ahora estoy bien así.

-¿Se raparía si gana la Copa de Europa?

-Nooo..., una cosa no tiene nada que ver con la otra (risas). Hay que preservar la imagen. No, no. Sacrificaría tantas cosas, pero eso no... Aunque bueno... tampoco te lo puedo asegurar. Si me dicen ahora que, si ganamos la Copa de Europa, me tendría que rapar, probablemente firmaría...Es que no todos los días se puede ganar una competición así y más en casa...Sí que podría hacerlo, por qué no. Sí, sí, lo firmo ahora, ok.

-Entonces nos vemos la semana que viene en la peluquería si ganan. ¿De acuerdo?

-Bueno, bueno ya hablaremos, ya hablaremos (más risas).

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“El favorito es Interviú, pero en este tipo de torneos no siempre gana el favorito...”

Todos los jugadores de ElPozo lo repiten desde que comenzó la temporada. “Todos los títulos son importantes, pero la Copa de Europa es la Copa de Europa”. Y, ahora, a tan sólo un día para que comience la semifinal contra Boomerang Interviú, ya se masca el nerviosismo y las ganas de partido entre la plantilla. Es un auténtico reto y “una oportunidad única”, como bien dice Bacaro.

-Aunque no parece que el torneo llegue en el mejor momento para ElPozo...
-Creo que la preocupación de todos, desde hace unas semanas, es la Copa de Europa. Es difícil separar todo, pero el partido contra Interviú no es un partido de Liga. No tiene nada que ver con los anteriores, sobre todo porque en nuestra cancha no hemos perdido todavía un partido en esta temporada. Hay que aprovechar eso y darlo todo, luchar hasta el último minuto. Es una oportunidad única.

-Por ese mismo motivo, por jugar en casa, ¿se sienten favoritos?

-No, en una Copa de Europa es difícil decir un favorito, aunque Interviú, por lo que hizo en los últimos años, es el gran favorito. Pero en competiciones cortas como ésta no siempre ganan los favoritos. Será un partido muy difícil también para ellos, muy disputado...y el favoritismo se lo dejamos a ellos.

-Entonces imagino que tampoco sería un fracaso para ElPozo no ganar.

-No, fracaso no. Pero sería algo más que una derrota de un simple partido, por estar jugando una Copa de Europa, aquí en casa, con nuestra afición, y después de haber ganado una Liga. Ganar una Liga no es nada fácil. Y para jugar la Copa de Europa, o ganas la Liga o ganas la Copa de Europa. Es muy difícil. Tienes que esperar un año más, y...fracaso no, pero digamos que estamos esperando este momento desde el principio de temporada.

-¿Cómo se le gana a Interviú?

-Se le gana jugando todo el partido sin perder un momento la concentración. Ellos están acostumbrados a jugar encuentros así, y suelen ganar por detalles. También debemos jugar cómo sabemos. Si hacemos lo que realmente entrenamos hasta ahora y damos lo que podemos dar se puede ganar.

-¿Lo hubiesen preferido en la final?

- No. En una Copa de Europa no puedes elegir al rival. Te tienes que enfrentar a todos y, si nos ha tocado en semifinales, lo asumimos.

-¿Qué sacrificaría Bacaro por este título?

-Cualquier cosa. Hay muchos partidos que juegas durante tu vida o toda tu carrera, y hay pocos que tengan un valor especial. Como una final de un Mundial, una semifinal...y éste es un partido como pocos. Este año ya hemos jugado varios de ellos, pero éste es el más importante. Y todos estamos muy centrados. Que lo más importante no es quién marque o quién defienda...y sí que ganemos.

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“No me hubiera importado ser un jugador flojo mientras tenga buenas cualidades como persona”
Bacaro asegura que, gracias a sus padres, tuvo “una infancia muy buena”. Además, reconoce que aún le queda “mucho por conquistar”. “Ya he tenido suerte de conquistar algunos objetivos que me he propuesto, pero no sólo dentro de la cancha, también fuera de ella. Porque el fútbol sala terminará un día, pero la vida sigue y aún me quedarán muchos años por delante. Y una de mis preocupaciones siempre ha sido tener en cuenta ese aspecto. Intentar mantener una imagen. No me hubiera importado ser un jugador de fútbol sala flojo mientras tenga buenas cualidades como persona”.

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“Preferí el fútbol sala al fútbol porque quería vivir”

“Con 15 años tomé la decisión de dejar el fútbol y seguir con el fútbol sala. Tenía más tiempo para estudiar, para hacer mis cosas, tener mi vida personal. Me gustaba mucho vivir, estar con mis amigos. Y quería seguir así. No me arrepiento de la decisión que tomé y lo volvería a hacer”.

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“Aquí han jugado Paulo y Lenisio, es normal que me exijan más”
Cuando se le pregunta si se siente querido por la afición, no sabe qué decir. “Eso te lo podría contestar mejor la afición”, señala. Es entonces cuando recuerda que, antes de que él llegase a ElPozo, la afición murciana “disfrutaba de Lenisio”, con el que coindició el año pasado y al que considera el mejor jugador de fútbol sala junto a Schumacher, “y de Paulo (Roberto), que fue una referencia aquí en Murcia. Es normal que por eso siempre me exijan más”.

lunes, 16 de abril de 2007

Fernando Torres, sentimiento rojiblanco


Probablemente este post sea algo oportunista. Y no lo niego. Es oportuno porque es noticia y coincide con un jugador por el que tengo una especial admiración, lo reconozco. Los que me conocéis sabéis que siempre he defendido a Fernando Torres a pesar de que suele caer más mal que bien y siempre recibe muchísimas más críticas que halagos (entre el público en general).

Ayer marcó su gol 71 con el Altético de Madrid, con su Atleti, entrando de lleno en la historia del club colchonero al convertirse en el décimo máximo goleador. Y con tan sólo 22 años. El primero lo marcó en el Carlos Belmonte, en Segunda, hace ya seis años. Parece que fue ayer. Yo, al menos, lo recuerdo perfectamente. Le ganó la espalda a la defensa del Albacete, tras un pase largo, y cabezazo por toda la escuadra.

Entonces nació 'El Niño'. Esa figura que 'creó' la prensa madrileña, necesitada de un crack para el Atlético de Madrid y una futura para la Selección Española, y que después tanto le ha perjudicado, lamentable. Lo compararon con Van Basten, y eso, a la larga, sólo te puede perjudicar. Él, sin embargo, se mantuvo al margen y nunca ha reconocido ser mejor que nadie y sí "un chaval que ha tenido la oportunidad de hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol", como siempre ha dicho.



Por eso le admiro quizá más que por sus cualidades futbolísticas. Es un seguidor más del Atleti. Nació y se crió en la cantera rojiblanca y su deseo siempre ha sido el de triunfar en su club de toda la vida. Igual que Casillas con el Madrid, Puyol en el Barça o Totti en la Roma, por sentimiento. Ese sentimiento que incluso muchos aficionados no son capaces de entender lo refleja perfectamente en su rostro gritando "GOOOOOOOOOOOOL!!!!" cada vez que ve puerta.

A Fernando Torres le ha tocado vivir mucho en muy poco tiempo. Quizá en demasiado poco tiempo. Entre otras cosas ser titular con España en un Mundial, ascender con el Atleti, conformarse con puestos en la zona media-baja de Primera o esos 71 goles.


Su humildad y sus ganas de lograr un título con el Atlético le hacen ser todavía mejor de lo que es. El pasado verano renovó su contrato a pesar de que lo queria media Europa, entre ellos Manchester, Chelsea y Madrid, y dijo: “Han venido los mejores clubes de Europa, pero la oferta de mi club, ha sido más importante que todo lo que me podían ofrecer allí. Por encima de los sentimientos no hay nada. Lo entenderá poca gente, quizá sólo los aficionados del Atleti".

Yo también te entiendo, crack.

miércoles, 4 de abril de 2007

La canción que lo cambió todo*

(*mi vida)


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Stop Crying Your Heart Out - Oasis

Hold up... hold on... don't be scared

You'll never change what's been and gone

May your smile... Shine on... Don't be scared

Your destiny may keep you warm.

Cos all of the stars are fading away

Just try not to worry you'll see them some day

Take what you need and be on your way

And stop crying your heart out

Get up... Come on... why you scared

You'll never change what been and gone

miércoles, 28 de marzo de 2007

La sintonía del milenio

En junio de 1997 llovía en Inglaterra como si se fuera a acabar el mundo. No diluviaba tanto en Albión desde hacía 118 años. Los ríos se desbordaban y había tanto fango en los caminos que a uno se lo tragaba la tierra como si fueran arenas movedizas. Como parecía que todo se iba a acabar hubo que buscar una reencarnación de Noé, de su arca y de su habilidad zoológica para emparejar a todo bicho viviente.

Y Dios eligió a Radiohead. (Rolling Stone, marzo '07)



18576397 no es un ningún número de teléfono, ni siquiera el código de una caja fuerte de un banco suizo, tampoco un número críptico. Si lo 'googleais' podéis ir pillando alguna pista. Pero tranquilos, ya os lo digo yo. Es una referencia, un instante y también una fecha: 18:57 horas, del 6-3-97. Un momento clave en la historia de la música moderna: 'Ok Computer', la obra cumbre de Radiohead, se daba por finalizado. Ahora se cumplen poco más de 10 años de su lanzamiento.

"Estábamos en mitad de ninguna parte", dijo Thom Yorke (voz y alma torturadora del grupo), "y cuando parábamos de tocar lo que quedaba era el silencio puro. Abrías la ventana y nada. Era como un silencio antinatural. Ni los pájaros cantaban. Era un puto espanto".

Ok Computer marcó un cambio radical en Radiohead. Hasta entonces habían publicado Pablo Honey (1993) y The Bends (1995), dos discos fácilmente escuchables, y habían escrito Creep, todo un himno generacional. Pero necesitaban algo más. Dar el gran salto. Y todo ese potencial que se vislumbraba en sus dos primeros discos quedó plenamente plasmado en Ok Computer.

Es un álbum perfecto. Un gran ejercicio de creatividad donde se mezclan la paranoia, el asco, el sarcasmo, la tristeza, el pánico, el caos, la depresión...Todo un viaje de sensaciones. O si no, ¿cómo se entiende pasar de la obsesiva y atormentada Climbing Up The Walls a la apacible No surprises?

El disco incluye Paranoid Android, seis minutos de plena desesperación en tres tiempos, el mejor hijo legítimo del Bohemian Rapsody, de Queen. Fue el primer sencillo del disco, y además grabado en una sola noche por el resto del grupo. Cuando Yorke se levantó al día siguiente, alucinó con los resultados. "Metí la letra en una toma, alimentándome de la energía que habían creado mis compañeros".



Era bien sencillo. Yorke convirtió el caos en belleza. Karma Police es otro buen ejemplo. Probablemente sea el tema más redondo del disco, el que mejor entra, el que difícilmente puedes dejar de escuchar en tu cabeza. Pero mi canción preferida siempre será Let Down. Es difícil de describir...es su comienzo, la entrada de la batería, la voz, el vacío que deja. Un agobio total.

Ok Computer fue también una crítica a su tiempo. Un drama de guitarras retorcidas y de desazón ante el fin de milenio, a la tecnología, a las máquinas. Pero Thom Yorke lo explica mejor: "No va exactamente de ordenadores. Era el ruido que oía en mi cabeza después de un año y medio de viajar, trabajar con ordenadores y ver la televisión".

Con el paso del tiempo, y ahora con 10 años a sus espaldas, Ok Computer ha ensachado su grandeza. Pasa por ser el mejor disco de los noventa y algunos lo comparan con Sgt. Pepper's, de los Beatles.

Ya lo creo.
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PD: Os dejo con un vídeo recopilatorio de Let Down, ya que el videoclip en youtube tiene fallos hacia en final. Pero tampoco dejéis de escuchar Creep, No Surprises, Karma Police y Paranoid Android pinchando sobre ellas mismas.

jueves, 15 de marzo de 2007

El (auténtico) crack del momento

El inicio de temporada para Cristiano Ronaldo fue cuanto menos complicado. Los aficionados del Manchester United difícilmente le iban a perdonar aquel incidente con Wayne Rooney en los cuartos de final del Mundial de Alemania.

Cristiano reclamó alevosamente la tarjeta roja para su compañero del Man U. al pisotear descaradamente a Carvalho. Luego, el propio Rooney llegó a decir, según The Sun (o sea, credibilidad -1), que le iba a "partir en dos y a reventarle la cabeza".

Los ingleses señalaron al portugués como el gran "culpable" de su derrota. Así que Cristiano Ronaldo tuvo que sobreponerse a un verano donde muchos le colocaban ya en el Real Madrid.

Finalmente, la venta no se produjo y el crack de Maeira, que ya había tranquilizado las cosas haciendo las paces con Rooney, se empeñó en mostrar a la grada de Old Trafford su mejor juego. Y Cristiano explotó.

Su formidable estado de forma le permitía sentar rivales del mismo modo que lo hacía 40 años antes George Best, el gran ídolo de los 'Diablos Rojos'. Amagos, fintas, paredes, bicicletas, recorto para la derecha, salgo para la izquierda, me apoyo en Scholes... No había forma posible de parar al jugador más desequilibrante del momento.

Todos los que auguraban un mal presente, por su juventud y su excesiva filigranería, tuvieron que admitir su error.

La figura de Cristiano Ronaldo se ha engradecido tanto esta temporada que ya decide partidos el solo, como los grandes. Incluso en los últimos minutos de cualquier partido. Coge el balón en el centro del campo, se cose el balón al pie, fabrica su jugada, busca un hueco imposible y por ahí clava el gol. Juega con tanta confianza que da la sensación que ni siquiera un ejército entero de kamikazes podría detener su avance.


Ahora se acerca un verano en el que nos vamos a cansar de verlo en la portada del MARCA y del Sport. Hoy el diario madrileño da por hecho que la próxima temporada vestirá de blanco. Da igual lo que haya que pagar. El Barça difícilmente lo va a poder fichar si no vende a Ronaldinho. El Manchester pedirá una fortuna por él y solo el Madrid tiene el dinero suficiente como para contratarle.


Teniendo en cuenta su calidad, su edad (22 años), pero sobre todo su potencial, es el jugador que necesita el Madrid para cimentar su futuro. Porque el futuro (inmediato) tiene un nombre. Y se llama Cristiano Ronaldo.



Vídeo con algunos de sus mejores momentos.



Mi mejor once es (de momento):

----------------Xxx (1)

Xxx (2) -- Xxx (6) -- Xxx (5) -- Xxx (3)

----------Xxx (4)---Pirlo (10)

---------------Xxx (8)

C. Ronaldo (7) --- Xxx (9) --- Xxx (11)