lunes, 14 de mayo de 2007

Grande entre los grandes

El Real Murcia consumó su undécimo ascenso a Primera en Ponferrada tras firmar una temporada histórica

Por Rubén Muñoz

Hacía falta un empate. Un punto. Nada más. Con eso, a Primera. A la gloria. A la elite. Con los grandes. Y así fue. El conjunto grana consumó su ascenso con una igualada contra la Ponferradina, con un 1-1 que devuelve al equipo de Lucas Alcaraz a la categoría que le corresponde después de una temporada pletórica, y a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato. Poco más se puede pedir a un equipo que ha devuelto la ilusión del fútbol a una afición de Primera.

Ponferrada presenció el undécimo ascenso del Real Murcia a la categoría de oro del fútbol profesional. En un estadio, El Toralín, con apenas 8.000 butacas, pero donde se congregaron cerca de mil seguidores pimentoneros, ansiosos de ver ‘in situ’ un momento histórico, otra página de oro para el murcianismo. Y lo compartieron con todos los jugadores cuando Alexis Pérez Pérez pitó el final del partido. Con Richi, Pignol, Aranda, Antoñito, Ochoa, Cuadrado, Abel, Peña, Pablo Ruiz, Noel Williams... con todos.

Pero de manera muy especial con dos futbolistas. Uno, Iván Alonso, uno de los grandes artífices del éxito, no sólo por el gol de ayer sino por su excepcional temporada. El otro fue José Luis Acciari, el ‘Loco’, el jugador más querido por la afición. Él fue el héroe en el anterior ascenso –con aquel gol frente al Levante (1/06/03)–, y que, sin embargo, le ha tocado pasar una temporada sumido en el ostracismo por una lesión de la que se recuperó tan sólo hace unos meses. Ayer entró al césped de El Toralín en el minuto 93 y disfrutó de sus únicos momentos con la camiseta grana en esta temporada. Pero le fueron suficientes para después, a la conclusión del encuentro, derramar unas lágrimas a hombros de la afición desplazada. Hace tres años también fue sacado de La Condomina de la misma manera, aunque con una sonrisa plena en el rostro. Las lágrimas de ayer significaban mucho más. Eran lágrimas sentidas, de mucha alegría y de color grana. Como las de Ochoa, de los pocos jugadores que ya en el vestuario tampoco pudo reprimir unos sollozos, poco antes de cantar junto a toda la plantilla el recurrido ‘A Primera, oé, a Primera, oé, a Primera, oé, a Primera, oé, oé!’.

Otro de los grandes protagonistas durante toda la temporada ha sido Lucas Alcaraz. Probablemente el que más. Y probablemente la persona a la que menos se le reconozca su trabajo. Quizá porque incluso ayer, a pesar del triunfo logrado, quiso volver a pasar desapercibido. Como ha hecho todo el año. Con su perfil bajo, sin subirse al carro del éxito. Apenas se le vio en la celebración con los jugadores porque prefirió darle todo el protagonismo a ellos. Eso le engrandece todavía más. Como a este Murcia, grande entre los grandes.

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